Reflexión del Evangelio
Señor, como me recuerdas cada semana en los misterios luminosos del rosario, hoy alzas la voz para decirme: ¡Conviertete! Y, por si no quedara claro qué conversión quieres de mí, me dices: Ven y sigueme. Te pido la generosidad de Pedro y Andres, para dejarlo todo en segundo lugar y seguirte sin condiciones para proclamar el Evangelio del amor y la unidad.